3. Fuera de foco
La habitación quedaba justo al frente del parque principal, en
toda una esquina. Tenía un balconcito pequeñito de madera que contaba con una
mesita y dos sillas para recibir el paisaje, y a vos.
En la noche después del baño, me sorprendí encontrándote sentado
en la mesita del balcón, con dos vasos, de esos que quedan de los frascos de
mermelada y una botella de vino.
Decidimos quedarnos esa noche y hablar, no nos volveríamos a ver
luego del mañana; pediste que cantara y lo hice, sin saber que la canción que
te canté aquella noche, me calaría tan fuerte más adelante con la distancia.
Mareado, muchos vasos después, te quedaste en silencio un
largo rato sin quitarme la mirada. Mirándome como magia, dijiste que en ese
momento, todo para vos estaba borroso excepto yo, que te agudizaba el alma.
Cada extracto me gusta más que el anterior
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